Palo, palito, palo, ¡eh!

ELECCIONES 2023

Palo, palito, palo, ¡eh!

Mauricio Davico será, a partir del 10 de diciembre, el nuevo jefe comunal de Gualeguaychú. Se impuso por 1.800 votos a Martín Roberto Piaggio (PJ) y, de esta manera, entrará en la historia como el intendente que terminó con 36 años de hegemonía peronista en Irigoyen 75. Sale el Che Guevara, entra Carlos Menem.

Texto: Luciano Peralta

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Animación: Diego Abu Arab

La del domingo fue una elección histórica para Gualeguaychú. No por los nombres propios que la disputaron, tampoco por quien se erigió ganador, el dato es mucho más trascendente: después de 36 años (nueve gestiones consecutivas), el Partido Justicialista fue derrotado y deberá dejar la Municipalidad.

En 1983, la ola radical que marcó el regreso de la democracia de la mano del presidente Raúl Alfonsín puso a Ricardo Taffarel al frente del Municipio, el último registro de un intendente no peronista en la intendencia de la ciudad entrerriana. La tercera en cantidad de habitantes, detrás de Paraná y Concordia.

Todo lo que vendría después llevaría el sello del Partido Justicialista: Manuel Alarcón (87-91); Luis Leissa (91-95); Daniel Irigoyen (95-99); Emilio Martínez Garbino (99-03); Daniel Irigoyen (03-07); Juan José Bahillo (07-11 y 11-15); Esteban Martín Piaggio (15-19 y 19-23).

Las buenas gestiones del peronismo de Gualeguaychú le garantizaron la hegemonía en Irigoyen 75 a pesar de los cambios de signo político en la presidencia de la Nación: Alfonsín, Ménem, De La Rúa, Duhalde, Kirchner, Cristina, Macri y Fernández pasaron por la Casa Rosada en estos 36 años sin alterar el poderío del PJ gualeguaychuense.

Quien estuvo más cerca de dar el batacazo fue el extitular de la Sociedad Rural local Javier Melchiori, cuando en 2015, impulsado por la ola macrista que pintó de amarillo todo el mapa argentino, quedó a las puertas del palacio municipal, apenas 209 votos debajo del intendente electo, Esteban Martín Piaggio.

Pero este domingo 22 de octubre, al intendente de Pueblo Belgrano en uso de licencia, Mauricio Germán Davico, le alcanzaron 22.577 mil votos, aún cuando como alianza perdieron 5 mil votos respecto a las PASO, para imponerse al secretario de Desarrollo Social, Ambiente y Salud, Martín Roberto Piaggio, por 1.800 sufragios. Equivalentes a los que sumó el libertario Andrés Romero respecto a las Primarias y menos de la mitad de los votos en blanco.

Como en cualquier derrota, en el peronismo será hora de la autocrítica. Puertas adentro, no son pocos los que apuntan a la forma que se encaró la campaña (o la no campaña). Con una segunda gestión que, en términos de cantidad y de calidad de obras, fue mucho más importante que la primera (en la que el piaggismo fue reelecto por un histórico 65%), varios de los y las que integraron la lista de “Más para Entre Ríos” creen que se sobreestimó la buena imagen de las gestiones y el peso de la propia figura del Intendente.

En 2019, el ex senador Eduardo Menem fue declarado Ciudadano Ilustre de Pueblo General Belgrano.

El resultado del 13 de agosto dejó una cosa bien clara: con las obras y el apellido Piaggio no alcanza. Por eso, desde el lunes post PASO hasta el domingo último el piaggismo puso toda la carne al asador: el Intendente empezó a tener más presencia en la campaña y fueron inauguradas obras importantes, como el Mercado de la Vieja Terminal, y comenzada otras, como la circunvalación.

Con todo, si bien se recuperaron cerca de 6.000 votos, tampoco alcanzó: esta vez la ciudadanía gualeguaychuense no ponderó en las urnas la gestión peronista y decidió poner a otro percusionista (en Ráfaga tocaba el guajiro, de ahí su apodo) al frente de la Municipalidad. Sale batuquero, entra cumbiero. ¿Sale el Che Guevara entra Carlos Saúl Ménem?

DE IZQUIERDA A DERECHA

No debe haber cosa más significativa que los cuadros que los funcionarios cuelgan en sus despachos cuando desembarcan en un cargo público. Mientras que en el despacho de Esteban Martín Piaggio conviven las imágenes de Ernesto “Che” Guevara, Evita y esa postal del progresismo latinoamericano que inmortalizaron Kirchner, Evo, Lula y Chávez, en la oficina de Mauricio Davico su espalda es custodiada por las figuras del gobernador peronista Gustavo Bordet y el expresidente, también peronista, Carlos Saúl Ménem. Esta última con dedicatoria personal incluida.

Mauricio Davico posa para la foto en su despacho; detrás, los cuadros del gobernador Gustavo Bordet y el expresidente Carlos Saúl Menem

El intendente belgranense es un menemista declarado, pero no hay novedad en esto. En más de una oportunidad ha contado su historia: cuando vivía en Buenos Aires, donde llegó para estudiar abogacía, carrera que dejaría trunca al sumarse al grupo de cumbia Ráfaga, conoció al hijo de Eduardo Menem y desde entonces estrechó sus vínculos, tanto personales como ideológicos, con el espacio que signó la década del noventa en Argentina.

De hecho, Martín Menem, sobrino del dos veces presidente de la Nación, es padrino de Santino, uno de los hijos de Davico. Y Eduardo, quien fue senador nacional durante 22 años, recibió en 2019, de manos del propio Davico, la declaración de Ciudadano Ilustre de Pueblo General Belgrano.

Si bien la distancia ideológica que separa a Piaggio y a Davico es abismal, los une una relación desde hace muchos años, que ellos mismos han denominado de amistad. Quizá eso explica la actitud del piaggismo o de su candidato a intendente, que recién empezó a disparar munición gruesa contra la gestión de Pueblo Belgrano (nunca contra la figura de Davico) en los últimos días de la campaña, cuando la remontada se empezaba a hacer cuesta arriba.

Pero no son los únicos valores que comparten Esteban Martín y Mauricio Germán. El primero, cuando el kirchnerismo era poco menos que mala palabra, allá por 2016, nunca disimuló su pertenencia ni dejó de reivindicar al movimiento político que conduce, aun hoy, la vicepresidenta de la Nación. El segundo tampoco escondió nunca su afinidad ideológica con el riojano, aun cuando sus aliados radicales hacen referencia a él como “el innombrable”, como lo hizo Darío Carrazza, el padre de Julieta, días pasados en declaraciones radiales.

El intendente electo de Gualeguaychú simpatiza con las ideas del libertario Javier Milei, con quien coqueteó hasta último momento

Davico supo construir su capital político de la mano de Rogelio Frigerio, a quien acompañó como candidato a diputado nacional en 2021 y con quien compartirá la gestión a partir del 10 de diciembre, uno en la Casa Gris y otro en la Municipalidad local. Pero su pragmatismo político e ideológico hace que no le cierre las puertas a nadie: mientras coqueteaba con acompañar la candidatura de Javier Milei, afianzaba su alianza con el radicalismo de Gualeguaychú, quien aportó a ese acuerdo a la viceintendenta electa, Julieta Carrazza.

“Nos pusieron muchos palos en la rueda”, declaró en varias oportunidades el ex Ráfaga, durante la campaña, en referencia a las encrucijadas judiciales que, con la elección del 22 encima, logró sortear y terminó de complicar el escenario piaggista: las impugnaciones a su candidatura, por la residencia y el tercer mandato consecutivo.

Con Frigerio en la Gobernación y una probable presidencia de “unidad nacional”, como pretende Sergio Massa, de ser electo el próximo 19 de noviembre, a Davico se le abre un panorama más que auspiciante. Tiene mayoría en el Concejo Deliberante (siete bancas) y sin los palos en la rueda que hubiese podido significar una oposición peronista más robusta (perdió cinco bancas y conserva sólo cuatro; LLA, en tanto, sumó dos), el intendente de Pueblo Belgrano tiene la manija para demostrar su capacidad de gestión en un distrito que es 30 veces más grande y mucho más complejo que el que condujo los últimos ocho años. Ahora, la pelota la tiene Palito.