EL PRODUCTO MILEI Y EL ESPÍRITU DEL CAPITALISMO

LA COMUNICACIÓN POLÍTICA EN LA ERA LIBERTARIA

EL PRODUCTO MILEI Y EL ESPÍRITU DEL CAPITALISMO

“Humanos, desobedientes y audaces”, propone Santiago Hernández, como características necesarias para construir un discurso político que discuta los valores de época. “El deseo de planificar mínimamente la vida es el alimento diario de Milei y él sabe que el deseo es el único que bloquea y anula las advertencias del cerebro sobre riesgos y costos”, escribe el sociólogo.

Texto: Santiago Hernández

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Ilustración: Diego Abu Arab

¿Qué hay más insensato que aquellos a quienes no conmueven ni los afectos humanos ni las relaciones sociales, que sólo consideran oro y plata como los únicos dioses?

Erasmo de Rotterdam

«Ustedes son los héroes de la historia, si creen como yo, en la superioridad del capitalismo de libre empresa (…) en que el mérito, la ambición, la libertad, la innovación y el optimismo son valores esenciales, quiero invitarlos a hacer de la Argentina la nueva meca de Occidente». Con estas palabras, en cada foro donde tiene oportunidad, Javier Milei busca consagrar su simbiosis con la crema del capitalismo. Entre sus méritos propios podemos contar:

1) Se constituye en un gran vehículo que expresa el espíritu hegemónico de este tiempo

2) Ofrece una tarea redentora: eliminar a la casta empobrecedora

3) Promete un gran commodity: eliminar la inflación

4) Optimiza la polarización entre quienes “la ven” y los que “no la ven”.

Como si de un discípulo pródigo del coronel John Boyd se tratara, desde su ascenso como panelista de TV a estos días, en el que es el faro de múltiples y diversas derechas, Milei parece haber asimilado el método OODA (Observar, Orientar, Decidir, Actuar), desarrollado por el militar norteamericano a un ritmo aceleracionista que le ha dado una agilidad y capacidad de adaptarse a múltiples circunstancias superando a sus oponentes, claramente más lentos para ajustar sus tácticas.

Este bucle OODA (metodología favorita de las grandes tecnológicas) señala que al actuar con rapidez y decisión se obliga al enemigo a reaccionar a tu última maniobra, al tiempo que ya se está iniciando otra. Milei ha sido implacable en este método centrando su enfoque en atacar “a la casta”.

El “producto Milei” es la resultante de tres elementos que lo exceden y no tienen nada de pasajeros:

1) La ira y hastío de una gran parte de sectores populares, que se alimenta de motivos sociales y económicos reales

2) La erosión y desgaste de las dos coaliciones que gobernaron el último tiempo de la argentina

3) Del ascenso post pandémico de valores hegemónicos asociados a las narrativas de las grandes empresas tecnológicas y lo que se conoce como la “clase innovadora”, que moldean la dinámica y esperanza social de este tiempo.

La combinación de méritos propios de Milei y La Libertad Avanza, antes señalados, sumados a estos elementos produjeron una respuesta a la doble crisis que señala Dominique Reynié: la “crisis patrimonial”, que es el miedo generalizado a perder el patrimonio material (el nivel de vida) y el patrimonio inmaterial (estilo de vida).

Milei encarna la forma nacional del “espíritu hegemónico de este tiempo”, es decir, aquellos valores, creencias, comportamientos y normas morales que son predominantes o característicos de una sociedad particular durante un periodo histórico específico”

El presidente ha tenido la habilidad de instrumentalizar los signos de transformación en curso y los ha aprovechado para pasar de los márgenes al centro. Para bien y, sobre todo, para mal, sus intuiciones, contradicciones, idiosincrasias y valores son los de nuestro tiempo.

Milei encarna la forma nacional del “espíritu hegemónico de este tiempo”, es decir, aquellos valores, creencias, comportamientos y normas morales que son predominantes o característicos de una sociedad particular durante un periodo histórico específico. Que a nivel global y post-pandemia son los que han enaltecido la nueva clase innovadora.

Supuestamente, Mark Twain dijo que “quizá la historia no se repita, pero sí rima”. Entonces ¿En qué rima la idea de Elon Musk de colonizar Marte con el estilo de Milei? Rima en la parte que una iniciativa que parece una locura no es vista como una idiotez, sino como una iniciativa audaz. Así, el personaje camina por una región que interpela en los planos racional, emocional y también un poco más abajo en la región genital.

El estilo Milei no es el último firulete de alguna técnica de comunicación política, su especificidad es más fácil de encontrar en sus “héroes” empresarios de las grandes tecnológicas, quienes han triunfado en el control de una parte del mercado y sobre todo en la defensa de su posición dominante.

Analicemos a Milei desde seis factores que, según el analista Scott Galloway, explican el método de las empresas que marcan el pulso de la dinámica capitalista actual: Tesla, Google, Meta, Amazon, Apple.

1) Diferenciación: Milei llegó a la contienda siendo el mejor en términos comparativos. Era el único que estaba libre de fracasos previos y, así como hoy Tesla te ofrece liberarte de llevar tu auto al taller y actualizarlo desde el wifi de tu casa, Milei ofreció eliminar obstáculos. La explosión de valor de la revolución tecnológica se basa en una promesa y una realidad: la eliminación de obstáculos y cosas que te complican la vida cotidiana. ¡Milei ofrece eliminar el Estado que te complica la vida!

2) Una visión poderosa: Google te propone “organizar toda la información de la tierra”, Facebook “conectar al mundo”, visiones fáciles de entender. Milei te ofrece “barrer a la casta” responsable de todos los males y uno en particular que hoy afecta mucho: la adicción por la emisión que genera inflación.

3) Hacerse Global: Ser atractivo a nivel global, saltar fronteras geográficas, tener pruebas de que estás pensado para este tiempo global, Milei ha buscado ser atractivo a escala global, su esfuerzo internacional no es diplomático, es de posicionamiento en foros de la crema global.

4) Afabilidad: A nadie le importa que Apple sea una de las mayores evasoras de impuestos del mundo, Milei como Musk está de moda y todo el mundo quiere ser amigo del tipo cool.

5) Integración Vertical: Para las empresas esto implica controlar la experiencia del consumidor. Aquí la centralidad de Milei como único enunciador válido ha permitido el control del mensaje.

6) Inteligencia Artificial: No hay empresa que valga más de 1.000 millones que no aprenda de la interacción humana y lo registre de manera algorítmica. Milei podría decir con cierta verdad que los partidos con sus programas, estructuras, son como el viejo Blockbuster, mientras la libertad avanza es Netflix.

Milei genuinamente desprecia a la política, no le interesa. Su preocupación está en la opinión pública a la que busca conducir mediante su combinación de espectáculo, escarnio, cultura digital y revolución libertaria. Asumiendo el riesgo de su propia existencia política, como si retumbara en su cabeza aquello que Jeff Bezos les dijera a los accionistas de Amazon: “con una probabilidad del 10% de obtener 100 veces el pago, deberías siempre apostar por ello”. 

Porque sabe, cómo los milmillonarios a los que idolatra, que “el que gana se lleva todo”.

Su fórmula discursiva es como el viejo slogan de Apple: “sencillamente increíble e increíblemente sencilla”, polarizar entre los que “la ven” y los que “no la ven”, mostrarse como el cruzado contra la inflación, donde es mucho más fuerte su apelación al deseo que al sacrificio. Como me dijo mi carnicero el otro día, “toco madera, pero hace 20 días que el precio está quieto”. Ese deseo de planificar mínimamente la vida es el alimento diario de Milei y él sabe que el deseo es el único que bloquea y anula las advertencias del cerebro sobre riesgos y costos.

«¿En qué rima la idea de Elon Musk de colonizar Marte con el estilo de Milei? Rima en la parte que una iniciativa que parece una locura no es vista como una idiotez, sino como una iniciativa audaz”

Las grandes tecnológicas han entendido cómo proteger su posición dominante, Amazon lo ha hecho mediante el control de la infraestructura en la nube a través de su empresa AWS; Apple sabe que alguna empresa podrá hacer mejor un teléfono, pero ha inundado el mundo de tiendas donde la experiencia del usuario nunca será igual. Mientras las viejas empresas pre-bigtech levantaban muros que tarde o temprano caen, las grandes empresas aprendieron a cavar fosas, dotando a su negocio de una inversión en infraestructura difícil de superar por potenciales competidores, de esa manera se protegen.

La estrategia de Milei no es la suma de sus tácticas y maniobras, su fortaleza reside en seguir orientando la opinión pública, pero todavía su estrategia no ha logrado una victoria decisiva, no es el domador de inflaciones que dice ser. No ha logrado cavar esa fosa que lo haría detentar una posición dominante por un tiempo, no ha logrado controlar la inflación y que la vida de cada argentino sea vivible.

Mientras tanto los que “no ven” una vida posible de ser vivida en el modelo de La Libertad Avanza tienen oportunidad de minimizar los daños de un gobierno que va por la liquidación nacional. Por un lado, evitando luchar en los términos del otro. Es verdad que el “ethos” dominante en la post pandemia de la que elegimos no hablar es el que emanan las grandes tecnológicas, pero no es el único. Hay otros circulando que se expresan de manera más orgánica en el humanismo mexicano y colombiano, por ejemplo.

Por otro, como sociedad aferrándonos a la confianza en el ser humano y, parafraseando a Erasmo, no dejar llevarnos por el canto de sirena de este tiempo. Si nos dejamos llevar por el ethos de esta época, “muchas cosas humanas perderían sabor y gracia: amistades, alianzas, esperanzas y mil otras cosas tan necesarias como agradables. Y así como el vino viejo se hace más agradable cuando se rebaja con un poco de agua fría, así también esta clase de vida adquiere cierto encanto con un toque de locura. Así es, la locura es nuestra”.

Por último, tener la actitud y el espíritu invocado por John Maynard Keynes a los jóvenes liberales en la summerschool tras la primera guerra: “casi toda la sabiduría de nuestros hombres de Estado está basada en suposiciones que fueron ciertas en su época, o en parte ciertas, y que cada día que pasa lo son un poco menos. Debemos inventar una nueva sabiduría para una nueva era. Y, al mismo tiempo, si queremos reconstruir algo consistente, aparecemos como heréticos, inapropiados, peligrosos y desobedientes a ojos de todos los que nos han precedido”.

Humanos, desobedientes y audaces, como respuesta a este tiempo.


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