Mal clima para el ambiente

LOS CANDIDATOS Y SUS PROYECTOS

Mal clima para el ambiente

Los próximos cuatro años serán decisivos para el mundo y para la Argentina en materia ambiental, y el panorama de recambio electoral no permite otra cosa que ser pesimistas. Con todo, un dato alentador: uno de los candidatos presidenciales mencionó la idea de “licencia social”. Algo que nunca había ocurrido.

La segunda vuelta electoral no se creó para discutir sutilezas, como la evaluación concienzuda y detallada de los programas de gobierno de las fuerzas políticas que se presentan. Es sabido.

La segunda vuelta tiene el sentido único de permitirle a cada votante rechazar la propuesta que considera más dañina para su futuro. Por eso, inexorable, elimina matices: si uno señala una objeción respecto de uno de los postulantes, sus adherentes saltan como leche hervida para marcar con todo su énfasis disponible las razones por las cuales el otro es peor. También es sabido.

Por ello abrir el paraguas de la sensatez, marcar lo que viene —gane uno u otro— es una tarea ingrata e incómoda: es mal momento para señalar las pústulas purulentas de la dirigencia política en cualquiera de las dos variantes que el sistema ofrece de cara al 19 de noviembre.

En lo personal, no tengo dudas (y lo he expresado públicamente): entre un personaje acomodaticio como Sergio Massa —a quien no se le puede creer nada de lo que diga— y un fanático desequilibrado como Javier Milei, que cree ciegamente en mitos de la filosofía política de hace tres siglos, que podría ser pintoresco y nada más, pero aparece rodeado de la extrema derecha de este país, yo no dudo un segundo. Me quedo con el farsante, porque prefiero el político mentiroso y muy posiblemente corrupto que es Massa, antes que un potencial líder autoritario en lo sociopolítico- cultural y ultraliberal en lo económico, cuyo gobierno es muy probable que conduzca a la sociedad argentina a un escenario horroroso.

A la vez entiendo perfectamente que haya otras personas que no lo vean de ese modo. Y no se me escapa lo que señaló con lucidez Alex Horowicz: “Javier Milei es el terrible balance que la sociedad argentina tiene de su conducción política” (ver enlace). Sin duda. Balance terrible al que contribuyó también Sergio Massa y quienes conducen su alianza electoral.

EL GRAN PROBLEMA MORAL DE NUESTRO TIEMPO

Ahora bien: lo anterior no anula mi capacidad de razonar. En especial porque creo —como los cien premios Nobel que convocaron hace un par de años a frenar todo lo que tenga que ver con combustibles fósiles— que lo ambiental es “el gran problema moral de nuestro tiempo”. Por eso no puedo (ni quiero) tirar a un costado el análisis de esa cuestión. Es la única en verdad decisiva para la humanidad y es la que, invariablemente, tanto los gobiernos populistas como los liberales, han tratado como un asunto menor, insignificante, “de nicho”.

Tanto, que unos y otros pusieron al frente de la cartera de Ambiente a personas que no tenían el más mínimo antecedente en el tema (los últimos dos ministros).

Tanto, que unos y otros apuestan a Vaca Muerta, al fracking y a seguir raspando el fondo de la olla de los combustibles fósiles; eso sí, destinando algunas moneditas de lo que salga de ahí, a bancar sesudas jornadas de mitigación, adecuación y adaptación al cambio climático. De frenarlo, olvidate.

En ese marco, un ejercicio interesante es revisar qué dicen las plataformas presentadas por unos y otros ante la justicia electoral. Y ver allí de qué modo se hacen cargo de la cuestión ambiental.

LA LIBERTAD AVANZA… SOBRE EL AMBIENTE

El “ambiente” en la plataforma electoral nacional presentada por La Libertad Avanza, el partido de Javier Milei, aparece (contra lo que podría pensarse) en un par de puntos. Uno es el que se ocupa de las “buenas prácticas” agrícolas. Allí propone: “Propiciar una agricultura que aplique las buenas prácticas, contemplando la sustentabilidad del suelo y la preservación del medioambiente”. Agrega: “En ese sentido son importantes la biotecnología y demás avances tecnológicos y la agroecología”.

Es sorprendente (e incoherente) que la agroecología aparezca en el programa de Milei. Cuando se sigue leyendo hay otras menciones similares, tangenciales, vagas, de poco compromiso. Dice el programa de LLA que su gobierno va a “promover nuevas fuentes de energías renovables y limpias (solar, eólica, hidrógeno verde, etc.)”. Pero de inmediato prometen “incentivar las inversiones en petróleo, gas, litio” que generen “puestos de trabajo genuinos e ingresos en divisa extranjera”. Y añaden que van a “fomentar la creación de centros de reciclaje de residuos para su transformación en energía y materiales reutilizables”.

Todas estas promesas quedan relativizadas cuando se recuerda que el propio candidato cree (y así lo dijo en incontables ocasiones, e incluso en el debate previo a las elecciones, ante millones de compatriotas) que el cambio climático es un invento “del marxismo cultural” (ver enlace). ¿Por qué razón el Estado, en su gestión, impulsaría las energías renovables?

Para que nadie pueda equivocar el sentido en el que proponen “avanzar” (que en verdad serían retrocesos letales) lo dejan clarísimo en otros dos puntos: el tercero del subtítulo “Reforma tributaria”, donde prometen: “Financiamiento estatal a partir de un régimen de regalías y concesiones por la explotación de recursos naturales”; y uno todavía más alarmante: el punto 14 del apartado destinado a “Agricultura, ganadería y pesca”, donde prometen privatizar el mar y los ríos. ¿Que exagero? Léanlo ustedes mismos: “Otorgar un tratamiento especial a la cuenca marítima e incluso fluvial mediante sistema de concesiones e incluso de privatizaciones”.

UNIÓN POR LA DUDA

El escueto programa de Unión por la Patria (seis páginas A4) apenas hace mención a la cuestión ambiental, pero la incluye en un marco teórico político, dado que habla de adaptación y mitigación del cambio climático, la línea de trabajo en la que se avanzó en el Ministerio de Ambiente, con encuentros y seminarios por región, y escasos avances concretos.

Paradójicamente, la alianza política del mismo gobierno que creó por primera vez una dependencia para que se ocupe de la agroecología —al frente de la cual puso a un especialista, Eduardo Cerdá— no menciona ese tema en su plataforma. Al contrario, respecto de ganadería y agricultura propone “desarrollar e implementar tecnologías y políticas de innovación”, “para consolidar el liderazgo global”.

En otro oxímoron —figura retórica en la que se enlazan dos palabras de significados opuestos— se habla de “acompañar el desarrollo de la minería sostenible, como puntal del desarrollo regional y nacional preservando el cuidado del ambiente”.

Como si tal cosa fuera posible. Como si hubiera minería sostenible.

LICENCIA SOCIAL

La plataforma de UxP no incluye los “Diez compromisos para la Argentina que viene”, que Sergio Massa presentó la semana anterior.

Pero en ese decálogo, el quinto punto lleva por título «Combatir el cambio climático y cuidar el ambiente». Allí se propone “un ciclo virtuoso que nos lleve por un lado a la descarbonización y por otro lado a un acuerdo con licencias sociales locales, de convivencia entre medio ambiente o ambiente y desarrollo”. (Ver enlace)

Es la primera vez que un candidato presidencial con chances menciona estas cuestiones, tanto la descarbonización como la expresión licencia social (dejo enlace para quienes no saben de qué se trata). Sería para ilusionarse. Si no fuera Massa quien lo enuncia: un “marxista de la línea Groucho” (si no te gustan sus principios, no hay problema, siempre tiene otros).

Con todo, no puedo tener dudas entre un candidato que niega el cambio climático y otro que dice (aunque mañana diga todo lo contrario): «Que no me vengan con el negacionismo ni en derechos humanos ni en cambio climático porque es un dato de la realidad». (ver enlace).

Esperemos que tenga la oportunidad de demostrarme que, al menos en esto, no mentía.

Fuente de las plataformas: https://www.electoral.gob.ar