La gualeguaychú que deja el batuquero

ELECCIONES 2023

La gualeguaychú que deja el batuquero

El domingo la ciudad elegirá su nuevo intendente. Quien asuma el 10 de diciembre recibirá un Municipio con un nivel de obras sin precedentes. Un recorrido por las apuestas más importantes del intendente Esteban Martín Piaggio. El peso relativo de las formas y el fondo de la cuestión.

Texto: Luciano Peralta

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Ilustración: Diego Abu Arab

“El domingo se termina el gobierno de los batuqueros”, declaró días pasados, a radio Máxima, el concejal Juan Ignacio Olano, quien tiene asegurada la renovación de su banca en el Concejo Deliberante, ya que encabeza la lista de concejales de Juntos por Entre Ríos que lleva a Mauricio Davico como candidato a intendente.

Olano es uno de los pocos referentes con proyección política que puede exhibir una oposición a la que le ha costado horrores la generación de candidatos competitivos, tal es así que tuvo que importar, con polémica legal mediante y vigente, al actual intendente de Pueblo General Belgrano en uso de licencia para poner en jaque la hegemonía construida por el piaggismo en los últimos ocho años.

Las críticas del joven radical no son nuevas, de hecho, son las mismas que desde el interior del peronismo han cuestionado la forma de conducción del piaggismo y han generado las divisiones internas que, entre otros varios factores, abonaron al terreno fértil para el crecimiento opositor.

Pero, si bien las formas son importantes, y todos tienen derecho a defender sus verdades relativas, las palabras del referente de la UCR vienen bien para poner sobre la mesa lo que la falta de debate público entre los tres candidatos a la Intendencia (lamentable para la construcción democrática) nos negó a toda la ciudadanía: el fondo de la cuestión.

“La única verdad es la realidad”, dice la máxima peronista, que por filosóficamente cuestionable (¿existe una sola verdad?) no deja de ser efectiva al momento de evaluar una gestión política. Y está bien que así sea: en una situación ideal, la ciudadanía debería considerar el apoyo o el rechazo a un gobierno por lo hecho, por las transformaciones reales y concretas llevadas a cabo. Aunque, en una elección como la del domingo, en la que se elige, además de intendente, presidente y gobernador, los factores que entran en juego son muchos más y de todo tipo.

El “batuquero”, como adjetiva Olano a Piaggio, que, además de ser médico y abogado, nunca dejó de salir en el Carnaval del País con “Los Pibes”, la batucada que dirige hace más de 20 años, deja una vara alta respecto a la gestión de la cosa pública

Pero, más allá de los condicionamientos exógenos que hacen, por ejemplo, que un candidato totalmente desconocido como lo es Andrés Romero (LLA) haya cosechado en las PASO, por arrastre de la gran elección de Javier Milei, más de 11 mil votos en la ciudad, es sano para el real ejercicio de la democracia poner la lupa en las gestiones de Esteban Martín Piaggio, que el próximo 10 de diciembre encontrarán un punto de llegada. Resta saber si ese punto es punto y seguido o punto y aparte. Pero ese es otro tema.

El “batuquero”, como adjetiva Olano a Piaggio, que, además de ser médico y abogado, nunca dejó de salir en el Carnaval del País con “Los Pibes”, la batucada que dirige hace más de 20 años, deja una vara alta respecto a la gestión de la cosa pública. Esto es reconocido por casi toda la oposición y explica la buena imagen que el presidente del PJ local y candidato a senador departamental tiene en la ciudad.

La recuperación del valor de lo público es uno de los pilares de las gestiones 2015- 2023. La Costanera del Tiempo, el Camino de la Costa y la Playa del Puente signaron la ecuación entre inversión pública, trabajo cooperativo y creatividad, que se profundizaría, durante la segunda gestión, pasados los dos traumáticos años de pandemia, con obras como el Paseo del Frigorífico, el Mercado del Munilla, el Camino de la Península, el Mercado de la Vieja Terminal y la construcción de nuevos centros de salud en las zonas más postergadas de Gualeguaychú.

Desde el piaggismo se enorgullecen de haber corrido el límite de lo posible para un gobierno municipal y enumeran: la cobertura de aguay cloaca del 100%; el 65% de la ciudad con luz led; la construcción de una nueva Planta de Tratamiento de Efluentes Cloacales y una nueva Planta Potabilizadora de Agua; 1600 cuadras pavimentadas; la construcción de 1500 viviendas y, entre otras obras de magnitud, el Polideportivo Municipal Norte, una apuesta tan importante como el Parque Industrial Municipal de Industrias Secas, próximo a inaugurarse, y la circunvalación, ya en marcha.

El viejo cartel de “Roko intendente”, en el que el entonces precandidato a intendente por el PJ (2019) está junto al gobernador Gustavo Bordet, convive con la imagen de la actual fórmula opositora Frigerio-Davico, en la que Jorge Roko ocupa el quinto lugar en la lista de concejales. El ex director del Hospitalito Baggio es uno de los heridos de la interna pejotista que pegó el salto a las filas opositoras y, paradójicamente, podría ser parte de la alianza que rompa con la hegemonía peronista en la Municipalidad de Gualeguaychú después de 36 años.

Se puede estar más o menos conforme con la performance de la gestión del piaggismo, lógicamente. Se pueden traer al análisis inversiones más resistidas, como la compra de Parque del Sol o la Planta de Biogas del Ecoparque, lo que no se puede negar es la capacidad de trabajo del equipo de gobierno. “Para el lugar de la ciudad donde mires, se hicieron obras que mejoraron lo que había”, dice, en este sentido, un funcionario del riñón piaggista, mientras trata de entender el golpe que le significó a su espacio político el resultado del 13 de agosto.

Esto Olano lo sabe, es una persona inteligente -por mucho, el más lúcido de su bloque-, por eso cuando critica al oficialismo apunta a las formas y no tanto al fondo de la cuestión. La Fiesta del Pescado y el Vino es un buen ejemplo de esta conducta opositora: ya no se critica la fiesta en sí, como años atrás se hacía, pero sí se apunta – muchas veces con razón- a la falta de información pública respecto a la misma.

En el fondo existen más acuerdos que desacuerdos, eso explica, en gran medida, la buena consideración que en general tienen las dos gestiones piaggistas. Pero en las formas, en la manera de entender la construcción de poder, están los desacuerdos más profundos. La lógica de amigo-enemigo, tan propia de la política, ha generado heridas difíciles de sanar. Heridas que se pagan en votos y que, junto a otros factores determinantes, como la inflación incontrolable y la pérdida sostenida del salario, ponen en real peligro la continuidad peronista al frente del Municipio de Gualeguaychú después de 36 años.

Una total ironía, si se considera el valor de las obras emprendidas en la ciudad, la revalorización de lo público y el contraste con la gestión de su principal competidor que, comparado con lo hecho en la Ciudad del Carnaval, tiene poquito para mostrar. Un desenlace para nada ilógico, sin embargo, si se evalúa la potencia de la necesidad de cambio (aunque el cambio implique volar todo por el aire, como demuestra el fenómeno Milei) que genera el malestar de una economía que somete a las mayorías hace ya muchos años, aunque los gobiernos municipales puedan hacer poco y nada con eso.

En definitiva, será el voto soberano el que resuelva la continuidad o no de la gestión municipal. Y, en un escenario en el que se impone la incertidumbre, la ponderación del fondo y de las formas no será un factor menor al momento de entrar al cuarto oscuro.