Poetas de antología

LITERATURA

Poetas de antología

Entrevistamos a tres poetas gualeguaychuenses que fueron incluidas en el libro “Poetas Argentinas (1981-2000)”: Pamela De Battista, Carla Olivera y Jimena Arnolfi. ¿Qué es la poesía y cómo la viven cada una de ellas?

Texto: Isidro Alazard

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Fotografía: Luciano Peralta

Cuando pensás en un poeta, seguramente se te viene a la cabeza un señor mayor con un libro rojo que está recitando delante de todos algo con muchas rimas. Dejame decirte que en realidad esa poesía cambió hace rato (y esa imagen del poeta, creeme que también).

No es difícil reconocer que en nuestra ciudad se genera una gran cantidad de contenido cultural todo el tiempo. Pero a veces algunas noticias pasan desapercibidas. En esta ocasión, la editorial Dock convocó a múltiples escritoras para participar en el libro “Poetas Argentinas (1981-2000)” en cuyas páginas hay poemas de autoras que nacieron en esos años. La antología reúne poemas de 54 autoras, que fueron elegidas entre otras 500 postulantes. Esto es un gran reconocimiento a nivel nacional, y tres poetas gualeguaychenses fueron seleccionadas: Pamela De Battista, Carla Olivera y Jimena Arnolfi.

“Ser elegida para la antología significó una enorme alegría. Quien seleccionaba los textos, Elena Anníbali, es una poeta que admiro muchísimo y significó mucho que ella me haya elegido entre tantas voces de todo el país, y me haya juntado con otras poetas tremendas, muchas de las cuales he leído y conocía desde antes”, cuenta Carla Olivera, nacida en Gualeguaychú en 1985.

Además de poeta, ella se describe también como “mamá, amiga, hija, docente, la guardiana de mi casa, lectora, observadora”. Además, hace unos días, fue reconocida con el premio Fray Mocho, que es la distinción literaria más importante de Entre Ríos.

Quien supo ganar el mismo premio en 2018 fue Pamela De Battista: que, para quienes vemos tan alejada la poesía, nos declara: “yo creo que todes nacemos poetas en tanto la mirada asombrada es propia de la infancia, les niñes dicen muchas cosas poéticas sin saberlo”. Y agrega que, “después es cuidar que la adultez no nos robe a le poeta como nos roba la infancia, sino que le cuide y le alimente con las nuevas herramientas que van apareciendo con la experiencia.” Nos alienta a poder meter mano en nosotros mismos y sacar creaciones de nuestra mente (o nuestro corazón, no sabemos bien).

Todas coinciden en que una parte esencial del proceso es la lectura: “pienso a la lectura como un conversar con alguien. Antes de escribir estuvo la lectura. Leer se me presentó desde muy temprano como un acceder a lo desconocido. Aprendí cosas de mí misma leyendo a otros, conocí música leyendo a otros. Sigue siendo así, la literatura es un territorio de libertad. Creo que empecé a escribir para conversar conmigo, para pensar, para construirme un mundo”, cuenta para La Mala, Jimena Arnolfi nacida en Buenos Aires, pero residente hace años en nuestra ciudad.

“Para hacer poesía me parece imprescindible la búsqueda de la voz propia, cambiante, evolutiva.”
Pamela De Battista

Pero, ¿qué necesita un poeta? Carla sugiere que, “un poeta necesita amor por la palabra; sensibilidad ante las cosas del mundo, desde la hambruna hasta la belleza de un brote en primavera; necesita lecturas de todo tipo, pero sobre todo de poesía, de muchos estilos diferentes; y también personas que escuchen y lean lo que escribe, y ayuden a hacerlo crecer con sus opiniones, interpretaciones, críticas.”

Para las tres, la poesía es un campo de disputa política. Pero van más allá: “nos convoca a una asamblea permanente; y toda literatura se presta a una lectura política, todos nuestros asuntos son políticos. Lo que decimos, lo que preguntamos, cómo miramos, incluso lo que callamos es político”, sostiene Jime Arnolfi, y Carla Olivera complementa: “la poesía es revolucionaria en esencia, es transformar el lenguaje utilitario y reglamentado en algo libre, rebelde, poderoso, único y a la vez infinito, que trata de decir lo que no sabemos cómo nombrar, lo que no existe incluso, pero está ahí, en nuestra humanidad más profunda.”

“Ser poeta mujer hoy también es reivindicar las voces de las poetas que no pudieron porque no las dejaron”
Carla Olivera

La mirada hegemónica de hace unos años sobre “EL poeta”, nos moviliza a cuestionarnos: ¿hace cuánto las mujeres están ganando un lugar equitativo en el ámbito de la literatura? En palabras de De Battista: “hemos podido ocupar el lugar que nos corresponde desde hace muy poco, y esto implica todo un proceso histórico de humillaciones y luchas. Todavía existe una idea de canon que no solamente nos deja bastante en desventaja a las mujeres, sino que deja afuera a las diversidades de género.”

Al escribir este artículo no puedo dejar de recordar un libro de una profesora que tuve hace unos años, Betina González, “La obligación de ser genial” (Buenos Aires, 2021), que dice que una escritora siempre tiene la obligación de ser genial, mientras que un escritor puede “conformarse con ser bueno, aceptable o directamente mediocre pues incluso la mediocridad le ganará un espacio en el campo literario espacio que ya le está garantizado por la sola pertenencia de género. (…) ser ubicada como genial también es una forma de poner a una escritora en su lugar (sola, aislada, sin antecedentes ni descendientes: una excepción que confirma la regla).”

“Los libros que llevan solo poetas varones son antologías a secas. Los libros en los que salimos nosotras, nosotres, son presentados siempre aludiendo al género”
Jimena Arnolfi

POETAS ARGENTINAS

Al hablar de la Antología a la que estas poetas fueron invitadas, Pamela De Battista cree que, al igual que sus compañeras, ser incluida en ella es un gran honor y una alegría inmensa, pero reflexiona acerca de la idea de “éxito”, y de los peligros de hacerse una falsa idea de lo que alcanzarlo significa: “muchas grandes poetas quedaron afuera. Elena Anníbali, la encargada de la selección, expresó en sus redes lo difícil que fue decidir. Sin contar a las poetas que no mandaron su trabajo a esta convocatoria; y pienso: ¿qué éxito es que mi trabajo quede en una antología de la que sólo voy a recibir un ejemplar? ¿Se puede llamar éxito al hecho de entregar mi trabajo a una editorial para que esa editorial reciba el rédito económico y las autoras nada?

Y agregó que, “las poetas de las provincias nos enteramos a través de las redes sociales de que el libro ya estaba publicado y se iba a presentar en el Centro Cultural Haroldo Conti, en AMBA. Nadie nos contactó desde la editorial. Nadie nos invitó a la presentación de la que sólo participaron poetas de la Capital”.

“Las poetas de las provincias todavía seguimos esperando que la editorial se comunique con nosotras, y que nos llegue nuestro ejemplar de la antología. Entonces, ser elegida para esta antología, además de generarme sentimientos contradictorios, me ayuda a pensar, a poner un foco crítico sobre aquello que se naturaliza como algo positivo y que, en realidad, no nos juega tanto a favor, sobre todo si sos poeta federal”, concluyó.

Una fuerte crítica, no solo a la editorial, sino a la falta de federalismo que existe en nuestro país. En palabras más simples, al porteñocentrismo que, siendo estudiante en la capital de nuestro país me tocó vivir.

También se deja ver cuando prendés la tele: nos enteramos de todo lo que pasa en CABA pero, y ¿La Quiaca qué? Pero en fin, estas tres poetas fueron reconocidas nacionalmente, y eso no se los saca nadie. Vemos que hay palos en la rueda, pero llegaron, y son de Gualeguaychú: ¡Qué honor!