LAS PENAS SON DE NOSOTROS

LITIO EN CATAMARCA

LAS PENAS SON DE NOSOTROS

Argentina forma parte del triángulo del litio: una zona en la que este elemento químico, clave para la “transición energética” y la economía mundial, abunda. Sin embargo, su extracción deja huellas irreversibles, en el ambiente y en la salud. Al respecto, la antropóloga, docente y activista Luciana Fernández se refirió, específicamente, a la situación del país respecto al “oro blanco” del siglo XXI.

Texto: Isidro Alazard

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Ilustración: Teke Della Penna

En la década del 90 comenzó a tomar relevancia en la economía nacional la extracción de litio. Catamarca es una de las provincias (junto a Salta y Jujuy) en la que se han instalado múltiples empresas de megaminería, no sólo llevándose el litio, sino dañando de manera irreversible el ambiente, la biodiversidad y las comunidades que viven en el territorio. Desde Gualeguaychú, nos parece un problema lejano, pero imaginemos que, por ejemplo, nuestro río se seque a causa de las actividades económicas y que, en caso de quejarnos, no nos escuchen o nos silencien.

El litio es visto como recurso estratégico, como algo que va a mejorar el ambiente: es esencial en las baterías que almacenan las energías renovables, esas que van a reemplazar a los motores de combustión. Pero, ¿es realmente así? Nos comunicamos con alguien que vive en la Sierra de Ancasti, Catamarca, y cuenta con la espalda suficiente para referirse al tema.

Luciana Fernández es docente, antropóloga y activista. Trabaja en investigación y divulgación de temas vinculados al mega extractivismo minero y colabora con movimientos por la defensa del agua y los territorios. La Mala dialogó con ella para conocer, desde el lugar donde pasan las cosas, la realidad argentina respecto al litio.

-¿Qué es el triángulo del litio?

-El Triángulo del litio es una manera de nombrar a la zona donde se ubican los salares en Argentina, Chile y Bolivia, y es donde, en este momento, está puesto el foco sobre la extracción de litio. En los tres países hay una alta reserva de este metal y por eso hay muchísimo interés en avanzar sobre estos territorios. El litio se encuentra en distintos lugares del mundo natural, inclusive en el mar o en las rocas. Por ejemplo, Australia es la productora de litio en roca a nivel mundial más importante. Esta “novedad” de la extracción en los salares tiene que ver con la baja inversión que necesitan hacer en infraestructura para la extracción. Lo hacen de una manera muy fácil: el método más utilizado es el vaporítico: se cavan piletas en el salar, se colocan unos plásticos y se empieza a bombear la salmuera; el sol produce una separación porque el agua se evapora y quedan las sales, y luego de un proceso en que se utiliza gran cantidad de agua dulce, se separa el litio.

-¿Qué es la puna? ¿Por qué algunos la denominan “desierto”?

-La puna es geográficamente una región que se conoce como el altiplano, es un gran territorio que no solo incluye el noroeste argentino, es más amplio y está conectado con los Andes, es una planicie de altura. En la puna viven poblaciones indígenas y campesinas. En Catamarca, en Salta y en Jujuy habitan distintas comunidades. Los salares o humedales altoandinos son un sistema complejo de acuíferos subterráneos que en su mayoría contienen aguas fósiles. En apariencia hay una costra de sal y por debajo están las diferentes capas de agua salada y dulce. Estas regiones han sido habitadas por los humanos desde hace más de 10.000 años. ¿Por qué se denomina desierto? Esto ya tiene que ver con nuestra historia y con una retórica del desierto que nombra como espacio vacío al territorio que quiere ser ocupado. Esto es lo que está pasando con los humedales altoandinos, donde se vuelve a reactualizar la retórica del desierto para justificar el avance y el saqueo de esos territorios.

-¿El litio es más amigable para el ambiente que el petróleo?

– No se puede homologar el petróleo con el litio como si fuese una cosa que puede reemplazar a la otra. Al petróleo es imposible reemplazarlo en esa capacidad que tiene de producir energía, al margen de todas las implicancias que genera en la atmósfera. El litio no produce energía, sino que es un componente de los dispositivos que se fabrican para almacenar energía, en este caso, los distintos tipos de baterías. La energía tiene que ser producida de otras maneras para después ser almacenada en las baterías. En el relato de la transición energética se presenta al litio como la solución para reemplazar las energías fósiles por energías limpias, como las llaman, pero en este reemplazar es que en vez de solucionar un problema se generan nuevos problemas y se aumentan los que ya tenemos, como por ejemplo el aumento de gases de efecto invernadero y el calentamiento global. Si eso importara de verdad no se estarían destruyendo bosques, humedales y biodiversidad, anulando los impactos positivos con respecto a la absorción de gases de efecto invernadero que produce la cobertura vegetal.

“En el relato de la transición energética se presenta al litio como la solución para reemplazar las energías fósiles por energías limpias, como las llaman, pero en este reemplazar es que en vez de solucionar un problema se generan nuevos problemas y se aumentan los que ya tenemos”

-¿Cómo es la situación actual de la extracción del litio en Argentina?

– En el Salar del Hombre Muerto (Catamarca)una empresa está instalada hace más de veinte años, Livent -un megaproyecto que extrae litio-.Esta empresa generó un impacto importantísimo en la zona. Para dimensionarlo basta comentar que secaron un río. Luego, como parte de lo que llamamos “boom del litio”(una explosión de proyectos que avanzan sobre los salares), esta empresa pretende ampliar la extracción y obtener agua (porque se le estaba secando la fuente más cercana, que era el río Trapiche).Además, avanzan otros proyectos. Siete por lo menos, en el Salar del Hombre Muerto, y en Antofagasta son muchos más. Todos estos proyectos pretenden usar el agua del mismo río, que es el río Los Patos, el cual intentamos defender desde el 2019. Dimensionemos que esta empresa (Livent) había secado un río y  la estaban autorizando a construir un acueducto para ampliar la explotación del litio. Ese es el nivel de impunidad con el que se manejan las empresas, avaladas por el Estado provincial y el nacional. También está la empresa Zijin, en Fiambalá (Catamarca), que empezó recientemente la explotación. Su campamento de extracción de litio está en un lugar llamado Tres Quebradas, dentro de un sitio Ramsar, un área protegida. Sin embargo, el proyecto fue habilitado. Un hecho muy grave es que la planta de carbonato está al lado del pueblo donde viven las personas con sus fincas, una zona de productores de uva. Es terrible el impacto que ya están sufriendo a poco menos de dos años de que largó la explotación de Zijin.

-¿Qué implica la extracción del litio?

-Pensemos el lugar que ocupa el litio en este sistema de producción y consumo desenfrenado y desigual, donde estamos hablando de megaminería, de megaextractivismo, estamos hablando de producciones de miles de toneladas de este mineral. De por sí implica un movimiento de maquinaria, millones de litros de agua que se utilizan y no se reutilizan: en parte, porque cuando el agua se evapora no vuelve al sistema (en las punas cuando el agua se evapora no cae localmente) y también porque cuando el agua se mezcla con químicos contamina y daña a los seres vivos. Estamos hablando de proyectos de una magnitud tal que es imposible que no generen daño, que no generen impacto. Además, debemos contemplar la cuestión geopolítica del dominio, del saqueo, de la destrucción de los territorios para generar riquezas en otros sectores del planeta. El caso del litio está muy vinculado con la electromovilidad y el cambio de del patrón energético de la sociedad post fósil. La propuesta de la transición energética es no depender del combustible fósil, con este fin es que Europa está cambiando el parque automotor. Se están generando estos nuevos autos eléctricos con el mismo formato de auto individual que va a poder consumir un determinado sector social. Entonces, esta transición ¿para quién es?  Vemos zonas del planeta que van a ser salvadas y zonas del planeta que están siendo sacrificadas.

“Esta transición ¿para quién es?  Vemos zonas del planeta que van a ser salvadas y zonas del planeta que están siendo sacrificadas”

-¿Cómo es esa relación habitantes- extractivismo?

-Si hablamos de extractivismo encontramos múltiples proyectos, no son solo mineros. También es muy fuerte lo que está pasando con el agronegocio, y en todos los casos hay un patrón que se repite de sacrificio de esos territorios para un proyecto mayor, el desarrollo, el progreso y hoy se habla de mitigación, de descarbonización. En realidad, se termina beneficiando a los empresarios, algunos son locales, pero la mayoría son extranjeros. Igualmente, hay una red de complicidades entre los gobiernos locales y las empresas, donde hay unos pocos que se benefician y muchos que sufren consecuencias irreversibles. El tema es que para extraer estos minerales se produce un alto impacto socioambiental en los territorios. Digo socioambiental porque es directa la afectación de los habitantes cuando los proyectos extractivos avanzan. Hay un desplazamiento de la población, la gente que está se enferma, la gente que es desplazada es despojada, y el daño en el ambiente es irreversible. Cuando un río se seca no se puede remediar. Cuando las napas se contaminan, ¿cómo volvemos atrás?. Cuando la tierra es devastada y el bosque es destruido, es muy difícil recuperarlo. En este sentido no podemos dejar de denunciar el daño.

“Hay una red de complicidades entre los gobiernos locales y las empresas, donde hay unos pocos que se benefician y muchos que sufren consecuencias irreversibles”

-¿Existen resistencias? ¿Debería haber más?

-Existen resistencias. Hay resistencias emblemáticas como el pueblo de Andalgalá, que camina todos los sábados oponiéndose a los proyectos de minería, que siguen creciendo a pesar de que la gente se manifiesta en contra. Pero también hay muchísima represión, gente que tiene causas, que estuvo presa, que es perseguida. Hay distintos tipos de resistencias, a veces son activas, a veces pasivas. También hay complicidades y coerción, violencia y compra de voluntades. Tendría que haber más resistencia, pero ¿cómo puede crecer la misma cuando está siendo permanentemente atacada?

-¿Existe solución?

-No existe solución bajo la lógica de este modelo de producción y consumo desenfrenado. No creemos que haya una solución dentro del sistema capitalista que se reactualiza permanentemente con nuevas retóricas de lo sustentable, de lo renovable, de lo verde. El capitalismo verde genera más contaminación, más destrucción del ambiente y sufrimiento en determinadas áreas del planeta. Sobre todo, porque se basa en la desigualdad y en la explotación. Por eso creo que hay que ser tajante y no dar ningún tipo de concesión. Si hay saqueo y si hay contaminación no hay progreso para los pueblos.