LA BATALLA CULTURAL, EN LOS TERRITORIOS

TERCERA EDICIÓN DE CULTURA COOPERATIVA

LA BATALLA CULTURAL, EN LOS TERRITORIOS

Ya son tres las ediciones de Cultura Cooperativa, el evento anual de ARDE, la Federación de Cooperativas Culturales de la Argentina. En este 2024 tan particular, la política, el territorio, el ambiente y las formas de construcción atravesaron todos los espacios.

Texto: ARDE

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Fotografía: Dagna Faidutti

Todo encuentro comienza con la llegada, el recibimiento. Desde el miércoles quince de mayo cooperativas culturales de todo el país se fueron arrimando a Santa Rosa, La Pampa. Barba de Chiva y Visión 7, las locales, con mucho trabajo y con el acompañamiento de la Mesa de Gestión de La Pampa, recibieron y hospedaron a cooperativistas de todo el territorio nacional.

Y ahí aparece la primera experiencia colectiva con resultados: la Mesa de Gestión de La Pampa. Esta es una iniciativa de un grupo de cooperativas de trabajo de Santa Rosa, que entendió, con mucha claridad y generosidad, que para construir hay que juntarse. Esta experiencia, que se encuentra próxima a cumplir un año, ha sido el medio por el cual las cooperativas pueden tener diálogo directo con los distintos poderes de gobierno y, según las mismas, les ha dado un muy buen resultado. Entonces ¿por qué nos cuesta tanto juntarnos?

ARDE nace desde ahí, de la necesidad de juntarse. Es consecuencia de un proceso de profesionalización y, fundamentalmente, de formalización del sector cultural independiente. Si bien hay cooperativas culturales con más de 30 años de vida, el auge del cooperativismo cultural se dio unos años atrás, cuando la administración nacional vio en el cooperativismo una buena herramienta para formalizar el sector cultural independiente. Casi cuatro años de trabajo conjunto a lo largo y ancho del país, por la banda ancha que nos facilitó internet y aceleró la pandemia, dieron nacimiento a ARDE. Hoy esta Federación vincula a treinta cooperativas de quince provincias del país, es otra experiencia colectiva que viene dando resultados. Entonces ¿nos cuesta tanto juntarnos?

Las del fin de semana pasado fueron tres jornadas de capacitaciones, espacios de diálogo, feria y espectáculos. La Federación se afianza mate de por medio, se consolida en la medida en que los vínculos humanos se fortalecen. De ahí la importancia de encontrarse. De ahí la verdadera potencia de la construcción colectiva.

¿Y VOS DE QUÉ COOPERATIVA SOS?

Conocer realidades de otras latitudes fortalece los procesos propios. Esta ha sido una tónica transversal en todas las actividades de ARDE y Cultura Cooperativa 2024 no fue la excepción. Las cooperativas culturales no son más que grupalidades de trabajo autogestionado que encontraron en la cooperativa la figura jurídica para organizarse y su capital real es su capacidad de hacer. Es por esto que son empresas muy sensibles a la realidad general y eso se dejó ver durante todo el evento. La política inundó todos los talleres, los conversatorios y hasta los escenarios. La realidad actual del sector cultural es más que compleja y muchas de las cooperativas están en jaque.

Al ser un encuentro federal, el gobierno nacional se llevó todas las conversaciones. Nuevamente sin Ministerio de Cultura, porque ya pasó durante los cuatro años del gobierno de Macri. El INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social) es una incertidumbre. Los recortes presupuestarios y la pérdida del poder adquisitivo de la población general atentan directamente sobre las cooperativas culturales ya que, cuando el bolsillo aprieta, entramos en la esfera de lo prescindible. Si tengo que elegir entre que les pibis aprendan inglés o a tocar la guitarra… ya sabemos la respuesta. En este escenario de las cosas, la mirada se ha puesto sobre las administraciones provinciales y municipales, encontrando distintos rebotes en cada localidad. Es un momento donde los gobiernos provinciales cobran mayor relevancia.

Sobre géneros, aprendimos.

No se realizó ninguna actividad puntual sobre géneros, pero fue de los encuentros en los que la temática fue transversal, ni hizo falta siquiera discutirla. Ha pasado mucha agua bajo el puente desde el primer Ni Una Menos que marcó un antes y un después en la política de géneros en nuestro país. Son infinitos y muy diversos los colectivos que han traccionado para que podamos entender otras cosas en relación a los derechos y a la diversidad. Se ha laburado mucho para socavar la construcción patriarcal sobre la que hemos sido educades y según parece hay resultados que no se borran. En Santa Rosa, la diversidad fue transversal a todos los espacios, como así lo es en las distintas cooperativas. La comprensión sobre la importancia de repensar nuestras estructuras ha dado sus frutos y el camino lejos está de llegar a su final.

LA CULTURA ES POLÍTICA O NO ES

Tanto lo personal como lo cultural es político. En nuestras lenguas indígenas o latinas, en los intercambios sociales con nuestras familias y con nuestros conciudadanos, como en lo que hacemos con la tierra y los recursos naturales; los mercados que nos penetran y moldean los consumos y deseos; o en los gobernadores, diputados, asesores y políticos que son electos. En todo está la singular cultura plurinacional, amplia, diversa y contradictoria de Argentina.

“Es necesario repensar las formas de construir y también es agotador vivir en un país donde cada cuatro años el norte político cambia tan radicalmente”

Como consecuencia de la diversidad de las distintas grupalidades, ARDE se ha posicionado en la plurinacionalidad. Es complejo construir identidad en un país que históricamente ha desconocido su proceder. Venimos de los barcos, nos dicen, y con esa inocencia nos borran todo lo que aquí sucedía antes de ellos, de los barcos. Es urgente insistir en que nuestro pueblo no existe desde el genocidio colonizador de la Europa monárquica, nuestro pueblo tiene historia, tiene raíces, por más que insistan en borrarlas.

Pasan los gobiernos, quedan las cooperativas.

Parafraseando a Enrique Pinti encontramos una síntesis para mitigar el transitar actual. Pero además es una afirmación que se soporta en los hechos. Las cooperativas culturales tienen en general una existencia entre cinco y diez años, obviamente con excepciones. Con este dato ya sabemos que la mayoría de las cooperativas han transitado su vida con más de una gestión de gobierno y ese dato, que puede parecer ingenuo, en momentos donde todo se tensa, se pierde, se rompe, se vuelve fundamental ¡Ya va a pasar!

La asamblea, órgano que palpita.

¡Cómo se habló de política che! Fue la sensación compartida tras el encuentro. Evidentemente no sólo estaba la necesidad de encontrarse, sino también de conversar, hacer catarsis con un par, con alguien que la vive parecido. Y esta fue buena parte de la Asamblea de cierre del encuentro. Urge en Argentina la emergencia de modelos de organización alternativos, que tomen lo mejor de las experiencias de la política tradicional, de las organizaciones sociales, sindicales, de los clubes y de todo un bagaje inmenso de experiencias colectivas. Pero que a la vez transforme esas estructuras y plantee alguna alternativa. Es necesario repensar las formas de construir y también es agotador vivir en un país donde cada cuatro años el norte político cambia tan radicalmente. Por eso es que lo asociativo cobra otro valor, porque hoy nos tensionan hacia un individualismo nada ingenuo que lejos está de representar a las mayorías. Las mayorías no se representan desde lo individual, las mayorías se representan solas, por más que algún que otro político quiera creer otra cosa.

En la asamblea de ARDE se consensuaron una serie de ejes transversales para orientar la práctica de cada cooperativa y de toda la Federación: construir horizontes desde la educación cooperativa, el transfeminismo, la ecología política, la plurinacionalidad, la interculturalidad y el federalismo. Porque, claro, son cooperativistas, definen las cosas de manera democrática.

UN ROMERO, COMO SÍNTESIS

El domingo, último día del encuentro, las cooperativas se mudaron a CHEJE Casa Cultural, espacio de la Cooperativa Barba de Chiva. Como hecho simbólico y también como acción concreta, durante todo el encuentro se juntaron todos los residuos orgánicos y el domingo, como en una ceremonia, se enterraron y se plantó un romero en ese espacio. Si bien es pequeño el aporte en términos concretos, de esa acción surgió la necesidad de pensar Cultura Cooperativa 2025 como un evento Basura Cero. Desafío si los hay, en un mundo donde todo lo que hacemos genera residuos. Pero evidentemente ARDE no le teme a los desafíos, los encara, les busca la vuelta y construye.

¡Por nuestros derechos e identidades, ARDE nuestra cultura!