Río abajo

INUNDACIONES

Río abajo

La crecida del río Gualeguaychú y su relación con El Niño. La palabra del guardaparques provincial Ignacio Martínez. Las actividades humanas y las consecuencias en los fenómenos naturales.

Texto: Laura Rothberg

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Fotografía: Joaquín García

La semana pasada la Comisión Técnica Mixta de Salto Grande informó en su portal que comenzó a bajar el nivel de agua desde el pasado 2 de diciembre. Esperan que en “los próximos días el agua se vaya retirando de las zonas afectadas temporalmente y vuelva a su cauce”. A pesar de esto, desde la comisión destacaron que “la finalización de esta crecida histórica –por la permanencia de caudales elevados durante más de cincuenta días– no significa que El Niño haya culminado”.

LA LLEGADA DE EL NIÑO

El pasado 3 de septiembre el Servicio Meteorológico Nacional emitió un comunicado en el que informó que el fenómeno de El Niño se había instalado en Argentina.

“El ENOS (El Niño-Oscilación del sur), conocido popularmente como El Niño, es un fenómeno climático natural que tiene una recurrencia de entre 2 y 7 años. Sus impactos en el clima son de escala global y varían según la región del planeta y la época del año en que el fenómeno se presente”. En Argentina han ocurrido 21 fenómenos de El Niño desde 1960, se dan durante la primavera y las principales provincias del país afectadas son: Misiones, Corrientes, el Norte de Santa Fe, Buenos Aires, el sur del Litoral y el noroeste de la Patagonia. En todas estas zonas durante la primavera y parte del verano se producen precipitaciones mayores a las normales.

Los impactos que los fenómenos naturales provocan sobre los ecosistemas y las poblaciones son lo que comúnmente (mal) llamamos “desastres naturales”. Los desastres naturales no existen, lo que existen son fenómenos naturales cuyos efectos impactan de forma diferente de acuerdo a cómo sea la gestión de riesgo de cada lugar y, en mucha mayor medida, a cómo nos relacionamos los humanos con nuestros ecosistemas.

Que la crecida de un río impacte más o menos negativamente en una comunidad tendrá mucho que ver con cómo es gestionada esa comunidad. Para ser más clara: los efectos del cambio climático (como lo son las cada vez más grandes inundaciones) profundizan las vulnerabilidades ya existentes.

La zona del barrio Munilla, lindera a la costa del río, es de las primeras en sufrir las consecuencias de las crecidas

De acuerdo a un documento publicado por la ONU en 2021, desde el 2000 los desastres relacionados con las inundaciones han aumentado en un 134% en comparación con las dos décadas anteriores. Y de acuerdo con otro informe publicado en el año 2020 por el Banco Mundial, en Argentina, se calcula que anualmente las inundaciones generan pérdidas de activos (infraestructura, viviendas) de entre US$500 millones y US$1400 millones, y pérdidas de bienestar de entre US$1500 y US$3900 millones.

Algo importante a entender cuando hablamos de “pérdidas y daños” es que son el producto de no haber reducido lo suficiente las emisiones de gases de efecto invernadero, principal causa del calentamiento global. Es decir, son la cara visible del fracaso que como humanidad estamos liderando en la lucha contra el cambio climático.

Para hacer frente a esos impactos, los países deben organizarse y tomar medidas contundentes que se conocen como medidas de “mitigación y adaptación”, que son acciones destinadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y a prepararse para las consecuencias inevitables del cambio climático.

Para conocer un poco acerca del impacto que las actividades humanas tienen sobre nuestros ecosistemas y cómo éstas contribuyen a los efectos del cambio climático, conversamos con Ignacio Martínez, guardaparque de la Provincia de Entre Ríos.

Hay que alejarse cada vez más del río para una construcción, sobre todo de viviendas, porque las crecidas van a ser cada vez más frecuentes por la cantidad de desmonte que hay.

-¿Qué incidencia tiene El Niño en las crecidas del río Gualeguaychú?

-El fenómeno de El Niño sin duda está afectando muchísimo, sobre todo porque está haciendo llover mucho en la cuenca alta del río Uruguay, en la parte de Brasil y lo que comparte Brasil con Misiones y Corrientes. Ahí ha llovido mucho, entonces el río Uruguay creció muchísimo y Salto Grande tiene que evacuar muchísima cantidad de agua para mantener el nivel de la laguna. Por eso está tan alto el Río Gualeguaychú. El Niño es un fenómeno natural que a veces se da muy fuerte y a veces no tanto. Este viene muy fuerte y sumado a eso el calentamiento global, entonces tenemos una combinación que se prevé bastante complicada para lo que viene, sobre todo el 2024.

-¿Qué impacto tienen las actividades humanas en la modificación de los suelos y cómo repercute eso en las crecidas?

-Entre las actividades humanas que más influyen en esto, hay dos importantes, que son los desmontes y la producción agrícola. Esas dos actividades forman un combo tremendo. El monte, por ejemplo, actúa como esponja que absorbe sobre todo el agua de lluvia, y los montes absorben muchísima cantidad de agua, que, ante los desmontes, hoy no tiene a dónde ir. Ese agua se va directamente al río o a los arroyos. Y el problema con la producción agrícola es que generalmente el tipo de cultivo deja el suelo completamente desprotegido, para que no haya competencia entre los cultivos y la maleza, así que el suelo desprotegido hace que cuando llueve se erosiona toda la tierra y todo ese suelo fértil se va perdiendo. Hoy si vas a los campos ves unos zanjones enormes, unas cárcavas gigantes. Eso es todo suelo que se va perdiendo y que termina en el arroyo. Entonces ese arroyo se empieza a somerizar, empieza a perder profundidad, se llena de arena, retiene menos cantidad de caudal y así sucesivamente.

-¿Cuáles son los desafíos a la hora de diseñar planes de urbanización? ¿Qué pasa con las tierras y las poblaciones?

-Bueno, el desafío de una buena urbanización principalmente es conseguir la tierra. Que la tierra esté concentrada en pocas manos y que sea de difícil acceso, es un gran problema. Entonces lo que ocurre en muchas ciudades, sobre todo en ciudades grandes, es que no hay sitios donde se pueda urbanizar. Te tenés que ir muy lejos y llevar servicios a esos lugares cuesta mucho. El gran desafío es lograr una buena planificación urbana. Hoy se hacen barrios arriba de humedales, se utiliza el valle de inundación del río como lugar para asentamientos, que eso es tremendo porque el río tiene el valle de inundación, que es lo que va desbordando a medida que va creciendo y va inundando toda esa costa de los dos lados. Acá en Gualeguaychú, eso lo vemos claramente en el puerto. Toda la ciudad está atravesada por el río. Ni hablar de los puentes, acá el terraplén de la Ruta 136 o el del Puente Méndez Casariego, son paredes que hacen que cuando el Río Gualeguaychú viene desbordando de norte a sur, no tenga mucho espacio de desagote, se choca con esas paredes. Así que el desafío a futuro es no edificar sobre los humedales. Hay que alejarse cada vez más del río para una construcción, sobre todo de viviendas, porque las crecidas van a ser cada vez más frecuentes por la cantidad de desmonte que hay.

Argentina cuenta con un Plan Nacional de Adaptación y Mitigación al Cambio Climático al 2030 que sintetiza las políticas del país para limitar las emisiones de Gases de Efecto Invernadero, y que tiene seis líneas estratégicas: Transición energética, Transición productiva, Movilidad sostenible, Territorios sostenibles y resilientes, Conservación de la biodiversidad y bienes comunes, y Gestión sostenible de los sistemas alimentarios y bosques. Su eficacia o no, será tema para una futura nota.