La sociedad de la nieve: 50 años después de la tragedia

CINE

La sociedad de la nieve: 50 años después de la tragedia

La película del director español Juan Antonio Bayona cuenta la tragedia de Los Andes desde una óptica íntima. Desde La Mala conversamos con Emmanuel Parga, actor gualeguaychense que interpreta a uno de los pasajeros del vuelo 571.

Mediante la voz de Numa Turcatti, el narrador de esta trama, vamos adentrándonos en el universo que vivieron durante 72 días los 45 pasajeros del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, que en el año 1972 se estrelló en la Cordillera de Los Andes.

La historia es bastante conocida y había quedado inmortalizada en la película “Viven” de 1993, del director Frank Marshall, protagonizada por Ethan Hawke. Esa película, fiel al estilo de Hollywood, buscó contar la historia de los 16 sobrevivientes devenidos en héroes; en esta nueva producción, estrenada mundialmente en Netflix, la historia de la que somos parte, es la de todos: los sobrevivientes…y también los muertos.

Sin escatimarle a los grandes componentes de una mega producción hollywoodense, ya que música, imagen y estética son una perfección, la película se basa en el libro del mismo nombre, escrito por Pablo Vierci, amigo íntimo de la mayoría de los pasajeros a bordo del avión, que esa mañana del 13 de octubre se estrelló contra los picos de las montañas en la zona de frontera entre Chile y Argentina.

Vierci recopiló más de 200 horas de entrevistas, y logró que el tiempo y la distancia hicieran lo suyo, creando una obra más íntima y compleja. El libro “La sociedad de la nieve” se publicó por primera vez en el año 2008, es decir, 36 años después de la tragedia. Y ahora, 50 años después, el director español Juan Antonio Bayonahace lo suyo con una película cuya producción demandó más de 10 años.

«LO EXTRAÑO ACÁ SOMOS NOSOTROS»

Con esa frase, Numa Turcatti, narrador de la película y pasajero del vuelo 571, resume la vastedad de un territorio ocupado sólo por la nieve.

La película del director español va por un retrato más íntimo de las emociones de los pasajeros que deben recurrir a su ingenio para sobrevivir a las temperaturas de -30 grados durante la noche, y a la locura del hambre ante la falta de comida en esas tierras heladas.

En este relato no hay fuertes y débiles, no hay héroes y recatados. Se trata de una visión coral, en donde cada uno de los pasajeros que logra sobrevivirse enfrenta a sí mismo día a día.

La película muestra la soledad, lo minúsculo del ser humano en medio de paisajes que desbordan en belleza y ferocidad al mismo tiempo. Sin embargo, no se trata de una de esas típicas historias del hombre enfrentando la naturaleza salvaje, es más bien un viaje hacía la intimidad, la fortaleza y las emociones humanas. Dos amigos que después de días de enfrentar todo tipo de adversidades se miran en silencio y se permiten finalmente llorar, la furia desatada ante la adversidad de uno, la solidaridad y el liderazgo de algunos, la tenacidad de otros. Una sociedad que les permite sobrevivir y una certeza incómoda que recorre toda la película: hay vivos, porque hay muertos.

Emmanuel Parga es actor oriundo de Gualeguaychú y participó de la película “La Sociedad de la nieve”, dándole vida al personaje de Carlos Roque, el mecánico del avión que sobrevivió a la primera noche de la tragedia, pero que falleció el 29 de octubre a causa del alud que sepultó el fuselaje del avión. Tenía 24 años de edad.

Desde La Mala entrevistamos a Emmanuel para que nos cuente cómo fue la experiencia de participar de una película como esta.

«El objetivo es tratar de estar contento con lo que elegís y después las cosas llegarán, me imagino”

-¿Cómo llegaste a trabajar en la película?

-Llegué por un casting que se armó en 2021. La directora del casting fue María Laura Berch. Ella ya me había hecho un casting anterior para una película que dirigió Selina Murga, que se llama “El aroma del pasto recién cortado”. Imagino que la propuesta se dio porque estaba fresco en la cabeza de la directora del casting. A partir de ahí comencé a pasar etapas hasta que llegamos a la última, que fue en Montevideo, y quedé.

-¿Cómo fue construir el personaje? ¿Conocías la historia o el libro?

-Fue difícil porque yo no lo conocí, entonces lo que había que hacer era construirlo desde el relato de los otros, de los que sí sobrevivieron. Construí mucho a partir de una reunión que tuve con la gente de la Fuerza Aérea. Y de esa manera tuve la posibilidad de empezar a entender quién era Carlos Roque, cuál era su rol en el avión y cuál fue su rol en la montaña después del accidente.

-¿Cómo fue la experiencia de trabajar con el director J.A Bayona?

-Trabajar con un director del calibre de Juan Antonio es realmente estimulante y te pone en las grandes ligas, por así decirlo. O sea, es trabajar con un equipo de 300 o 500 personas. Trabajar en una superproducción, es tener que amoldarse rápidamente porque no tenemos tiempo para acostumbrarnos a ese tipo de producción, y es algo que nunca me había pasado a mí y a casi todos, esto de trabajar en una película así, tan grande. Obviamente, lo que me llevo de esa experiencia, de trabajar con él, es la capacidad de eso, de aprender y desarrollar y accionar a una velocidad que no sabía que tenía, porque también te lo exige el director y la producción, entonces te empezás a dar cuenta que si entras al ritmo podés también estar a esa velocidad.

-¿Cuál fue el desafío más grande a la hora de interpretar el papel o formar parte de la película?

-El desafío más grande fue, realmente, trabajar en situaciones parecidas a las vividas en las montañas, la nieve, el frío. Y a la hora de interpretar el papel, el desafío fue tratar de sacar la versión anterior de mi personaje, que lo habían vapuleado bastante y lo habían hecho quedar como un loco, cosa quea los familiares de él no les había gustado mucho, sobre todo  después de ver “Viven”.  Entonces, la idea era tratar de modificar, de cambiar eso y de mostrar que Carlos Roque había sido uno más, una persona proactiva en la montaña y que había ayudado.

-¿Cuál fue la satisfacción más grande que te llevas de la experiencia?

-Trabajar en esa producción, obviamente. Y además haberme hecho 25 hermanos, amigos. También te diría que el tiempo que estuve trabajando en una sola cosa, eso siendo actor no pasa mucho, y estuvo buenísimo.

-¿Qué le dirías a los y las estudiantes de actuación/cine/teatro que sueñan con formar parte de una película de este estilo?

-A los estudiantes de actuación les diría que sean perseverantes. Pensar en formar parte de una película así es medio impensable, porque no pasa muy seguido, en el sentido de que, justamente, es una rareza lo que pasó con esta película. Es muy raro que llamen a 26 actores argentinos y uruguayos y los lleven a hacer una película así. Yo no sé si se va a volver a repetir, ojalá que sí. Pero justamente para mí es no pensar que puede llegar a venir una película así, sino hacer el camino paso a paso, tranquilo, avanzar en lo que a uno le va gustando. No sé si pensar en que el objetivo es hacer una película. El objetivo es tratar de estar contento con lo que elegís y después las cosas llegarán, me imagino.

-¿Qué otros proyectos tenés en marcha o en mente?

-Tengo proyectos en marcha, el estreno de la película de Celina Murga, “El aroma del pasto recién cortado”, que calculo que será este año, en febrero, marzo o abril, no está confirmado aún. Y después eso, seguir haciendo lo que hago, seguir haciendo casting, seguir… Porque, la verdad, lo que mejor sé hacer y lo que más satisfacción me da es actuar, entonces nunca lo voy a dejar de hacer. Eso es lo que tengo en mente.