De los problemas más habituales entre las infancias y las adolescencias en Argentina son la incapacidad de comprensión de textos y las dificultades en la comunicación. Y la escuela suelea ser el lugar donde son identificadas estas problemáticas. En este contexto, La Mala dialogó con a licenciada en Fonoaudiología Felicita Fouce, quien trabaja con patologías de audición y lenguaje, tanto en el sector público como en el privado.
“La inmediatez y resolución que se tiene al alcance de deslizar un dedo en una pantalla evita que se pongan en marcha mecanismos cerebrales implicados en la creatividad, el razonamiento, la gestión de recursos y ni hablar que trunca todo intento de comunicación verbal con un otro, teniendo efectos directos e irreversibles sobre el desarrollo cognitivo”, advierte la profesional.
– ¿Por qué estudiar fonoaudiología?
– Desde siempre supe que quería estudiar algo relacionado a la salud. Comencé a estudiar la carrera de medicina, pero decidí dejarla al poco tiempo, y en la búsqueda de alternativas di con Fono e ingresé, sin mucha expectativa al principio, pero a medida que fueron pasando los años me fui fascinando por la diversidad de facetas y áreas que tiene la carrera. Actualmente, la Fonoaudiología ha crecido tanto que todas sus áreas (voz, audición, fonoestomatología, habla y lenguaje) requieren de formación específica de postgrados, residencias, cursos, etcétera, para ser aplicadas con criterios de actualidad. De hecho, en muchos países algunas de estas áreas se constituyen como carreras de grado en sí mismas. A modo general, los fonoaudiólogos y fonoaudiólogas nos dedicamos a la prevención, diagnóstico y tratamiento de alteraciones que afectan a la comunicación de un individuo con su entorno.

– En la actualidad, vemos la hiper conectividad de internet y las redes, por un lado, y la creciente dificultad de niños y adolescentes para comunicarse ¿Cómo ves esto?
– Es altamente alarmante el efecto que las pantallas están teniendo sobre la comunicación tanto en niños como en adultos. Estudios recientes publicados desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugieren no exponer a niños de hasta 6 años a pantallas, dados los efectos que tienen sobre el desarrollo cerebral. La inmediatez y resolución que se tiene al alcance de deslizar un dedo en una pantalla evita que se pongan en marcha mecanismos cerebrales implicados en la creatividad, el razonamiento, la gestión de recursos y ni hablar que trunca todo intento de comunicación verbal con un otro, teniendo efectos directos e irreversibles sobre el desarrollo cognitivo. En mi caso, que trato con patologías de audición y lenguaje, a diario debo recordar a los adultos sobre estos efectos y sobre la dosificación y el manejo del tiempo de uso de los dispositivos electrónicos en las niñeces, sobre todo en aquellas que presentan algún tipo de estas patologías, en las que justamente lo que se quiere estimular y tratar es la dificultad en la comunicación. Personalmente creo que, como adultos, cada uno, desde su lugar, tiene el desafío de acompañar a niños, niñas y adolescentes en estos tiempos en los que absolutamente todo se realiza pantalla mediante. Como terapeuta, mi consejo siempre será priorizar la comunicación verbal, el contacto visual, el utilizar la palabra para compartir y, por sobre todas las cosas, dar herramientas para ello y proveer la información necesaria.
“Estudios recientes publicados desde la Organización Mundial de la Salud sugieren no exponer a niños de hasta 6 años a pantallas, dados los efectos que tienen sobre el desarrollo cerebral”
– Trabajas en el hospital público, ¿qué tipo de pacientes recibís?
– Hace cuatro años que trabajo en el sector público en las áreas de audiología y de tratamiento de lenguaje en niños. Los pacientes que recibimos allí tienen diversas realidades, diversos contextos sociales y diversas patologías. El caudal de pacientes que necesitan atención fonoaudiológica es cada vez mayor. La pandemia interrumpió muchos tratamientos y generó, en mi opinión, mucha más necesidad de atención en lo que respecta a patologías del lenguaje y la comunicación. Se observan muchas niñeces que no tienen intención comunicativa, o que la tienen, pero se ve afectada por la ininteligibilidad en su lenguaje oral, afectándose el contacto de ese individuo con su entorno familiar y escolar, con todo lo que eso trae aparejado: inseguridad, baja autoestima, problemas de conducta y adaptación, entre otros.
– Qué sucede con la escuela en el proceso de aprender a hablar, a escuchar y a comunicarse?
– El jardín, en general, es el primer contacto del niño o niña con un entorno por fuera de su familia o círculo de cuidado. Al ingresar, se ponen en juego diversos mecanismos comunicativos que el niño deberá poner en juego para lograr un intercambio satisfactorio. Interactuar con pares de la misma edad a la hora del juego es un aspecto muy valioso de la socialización, proceso que se inicia desde edades muy tempranas en los primeros intercambios que el bebé tiene con su principal figura de apego, que en general es la madre. En el jardín, se aprende explícitamente a tomar turnos de habla, a escuchar y prestar atención a lo que otro dice, a hacer pedidos, a respetar esos turnos, todas funciones comunicativas que nos servirán para el resto de nuestras vidas.
El ámbito escolar es uno de los mayores derivadores a consulta que tenemos. En general, los y las docentes están formados para detectar si hay alguna dificultad en el habla o lenguaje y hacer la derivación oportuna. Una vez realizado el diagnóstico, el trabajo con la persona con patología se realiza en conjunto mediante sugerencias al ámbito escolar, con el objetivo de facilitar la comunicación, interacción y adaptación de nuestro paciente a dicho entorno.
– ¿Qué le dirías a una mamá /papá que observa dificultades en el desarrollo del habla de su hijo/a?
– Le diría que nunca se queden con dudas y que siempre consulten con un profesional. Que hagan la consulta con su pediatra de cabecera o con un/una profesional fonoaudiólogo/a especialista en habla y lenguaje. La información que brindan madres y padres en consulta es de crucial importancia y nos da indicadores de lo que le podría estar pasando a su hijo o hija para poder darles la ayuda que necesitan.
– ¿Qué le dirías a una maestra?
– Lo mismo, que ante la duda realice la derivación inmediata a consulta. Su información es muy valiosa y aportan datos en relación a la comunicación del niño con un entorno diferente al familiar. El trabajo en conjunto beneficiará a su alumno o alumna, que es el máximo objetivo de toda intervención.
“En general, los y las docentes están formados para detectar si hay alguna dificultad en el habla o lenguaje y hacer la derivación oportuna”
– ¿Cuánto influyen los factores sociales en el desarrollo de la capacidad de expresión de un ser humano?
– Dado que el lenguaje es un proceso que se aprehende del entorno por necesidad del niño/a de comunicarse, está directamente relacionado con el contexto de ese individuo en desarrollo. El lenguaje, cuando no hay patología, se aprende de manera incidental, no existe una enseñanza formal de la utilización de los diferentes tipos de palabras y sus usos. Repito, en ausencia de patología. Así pues, el niño o niña en los primeros años irá construyendo su lenguaje de acuerdo al contexto en que se encuentre: las palabras que utilice serán las que se utilizan en su entorno cotidiano, la estructura de las frases que utilice serán las de uso más frecuente en su diaria y en su repertorio léxico (su vocabulario) estarán las palabras que más frecuentemente son utilizadas. El lenguaje es un fenómeno social en sí mismo y estará determinado en sus primeros años por las interacciones sociales en las que la persona se vea inmersa, las cuales serán estímulo para su emergencia y desarrollo.
– ¿Qué es lo más reconfortante de la profesión?
– Sin dudas, cuando un paciente se va de alta es una de las más altas satisfacciones. Esa sensación de tarea cumplida es muy reconfortante y emocionante. En general, el camino hasta el alta no es fácil ni rápido, y requiere de compromiso tanto de la familia del niño/a como de nuestra parte. Los pequeños logros diarios que nos van mostrando avances en el desarrollo y en el tratamiento son igual de reconfortantes, son en realidad pequeños grandes logros, como puede ser la utilización de una nueva palabra, la producción correcta de algún sonido que se haya estado trabajando o la utilización de una frase estructuralmente correcta que antes no era capaz de producir. Además, creo que los vínculos que me ha dejado esta carrera y profesión son unos de los más importantes de mi vida. Al día de hoy tengo colegas-amigos/amigas fonos desparramados por muchas localidades de nuestro país con quienes no solamente compartimos la fonoaudiología desde intercambios de información o asesoramiento para con algún/a paciente, sino un vínculo de amistad y acompañamiento en la vida en general. Y creo que eso también es una de las cosas más reconfortantes que tiene la profesión en lo personal.
– Además de ser fono, sos carnavalera ¿Cómo surgió esta pasión?
– ¡Sí! Desde muy chiquita el carnaval es parte de mi vida, diría que forma parte de mi identidad. Toda mi vida viví enfrente al Club Central Entrerriano, casa de Marí Marí, y tengo recuerdos de ver salir la comparsa, emprender su camino hacia el corsódromo desde la ventana de mi casa y desear fervientemente ponerme esos caireles y salir a bailar. Recuerdo domingos por la mañana buscando en la vereda alguna lentejuela o perla caída para sumarla a las pulseras que hacíamos con mi vecina y amiga Daniela Helmer, actualmente integrante de la comparsa, y el sinfín de horas bailando juntas canciones de Marí Marí. Practiqué diferentes deportes en la institución y a los 16 años tuve la oportunidad de desfilar por primera vez en la comparsa de mis sueños formando parte de un ballet coreográfico bajo la dirección de Silvana Ferrari, entonces coreógrafa de Marí Marí, en 2007. La primera vez que pisé el corsódromo supe que allí era donde yo quería estar, donde era feliz bailando, y que lo haría hasta que me lo permitiesen mis pies. Desde ese año he formado parte de la comparsa ininterrumpidamente, pasando por diferentes puestos y roles, hasta que este año me dieron la oportunidad de ser su reina, desafío que encaré con mucho amor y compromiso. Creo que ser la reina de Marí Marí es lo más hermoso que me ha pasado en mi historia carnavalera y mi mayor orgullo.
COMUNICAR CON EL CUERPO Y EL ALMA

Como buena hija de nuestra Gualeguaychú, Felicita Fouce es carnavalera de corazón. Hace años, que cada verano, se calza las plumas para bailar al ritmo que marca la comparsa de sus amores: Marí Marí. Es frecuente que llegando a las inmediaciones del corsódromo bailando en la pasarela como toda una estrella, Felicita sea saludada por sus pacientitos y pacientitas, como quien ve a su heroína preferida. Y Feli, entre plumas, caireles y tacos altísimos les pregunta cómo están y si han hecho la tarea que les dio en el consultorio. Como en otras profesionales de la ciudad, no hay ninguna contradicción entre trabajar para que otros puedan decir, hablar, escuchar y expresarse y ser toda una artista carnavalera.
En la reciente edición de 2025 de Carnaval del País, todos los ojos estuvieron depositados en la joven fonoaudióloga, no sólo porque era la representante de la comparsa del Club Central Entrerriano sino porque, en ese marco, un hecho inaudito envolvió su participación en la elección de la soberana del espectáculo a cielo abierto más grande de la Argentina.
El día de dicha elección, un error en el cómputo de los puntajes con los que las reinas de cada una de las comparsas fueron evaluadas, hizo que se coronara a Sofía Funes, representante de la comparsa Papelitos. Setenta y dos horas después, la Comisión de Carnaval les avisó lo ocurrido y comunicó que la ganadora había sido Felicita. En medio de un contexto que propone la competencia y el exitismo, Feli y Sofi dieron cátedra de compañerismo.
“Desde que nos comunicaron el yerro cometido por parte de comisión de carnaval en la puntuación que premiara erróneamente a Sofi el día de la elección de la reina, derrumbando la ilusión de una y quitándole el momento cúlmine de festejo a la otra, intenté ser lo más firme y coherente posible, en mi decir y en mi actuar, entendiendo las contingencias de todo el conflicto, dando mi opinión desde el primer momento, y exigiendo que la salida del conflicto estuviese en manos de quienes cometieron la equivocación. Y así fue, y creo que la salida que encontraron fue justa. Lo más importante que destaco fue que con Sofi supimos y aclaramos que nada de todo este conflicto era personal de la una para con la otra, y creo que eso fue gracias al vínculo que supimos cultivar durante toda la temporada, tanto con ella como con las representantes de las otras dos comparsas, Dali y Agus. En general, a título personal, creo que generar vínculos de acompañamiento y apoyo, mediados por el diálogo, es una herramienta fundamental para transitar la vida”, explicó Felicita, fiel representante de su comparsa y del alma de su profesión que busca darle fuerza a la palabra y, por tanto, a la posibilidad de dialogar y defenderse.